El microclima de la zona, fruto del frío cierzo del norte al que se ve sometida la zona, junto con la particularidad de las plantas autóctonas acebuche y empeltre, pone un toque único al aceite que producimos. La cada vez más presente variedad arbequina y una potente variedad picual terminan por redondear y pulir un aceite con un sabor único.
Respetando la tradición, así como acercándonos a las nuevas tendencias, hemos conseguido un producto digno de codearse con los más selectos aceites.